La Biblioteca Nacional editó libros y revistas por lo menos desde 1860. Antes de ese tiempo no había descuidado la confección de folletos, catálogos y opúsculos. No es posible concebir una biblioteca sin una participación activa en el campo de la edición.
Una editorial es capaz de amalgamar mundos y sensibilidades: aquí se aúnan la crítica ensayística, la curiosidad historiográfica y científica, libros raros y clásicos, facsimilares, cuentos infantiles, investigaciones, narrativa, ensayo, filosofía y bibliotecología.
Ediciones Biblioteca Nacional busca que el lector se sienta interpelado no solo en lo que ya atesora, sino en lo que puede redescubrir. Lo que leemos ya fue leído por otro y, si bien podemos ser lectores inaugurales, en esencia pertenecemos a una larga, silenciosa y milenaria república de lectores.