La puta diabla. Presentación del libro de Fito Páez
10 de junio, 2013 | Auditorio Jorge Luis Borges Presentación del libro de Fito Páez, publicado por editorial Mansalva. Participan Horacio González, Martín Aguirre, Francisco Garamona y el artista. “Fito Páez en La puta diabla utiliza todos los recursos a su alcance (novela epistolar, poesía dramática, comedia) para construir una lengua compleja e intensa, siempre supeditada a la acción. Hay desborde pero no sobra letra. Tiene un hacha en la mano. ‘Había logrado aplicar en la vida las ideas que aplicaba en sus ficciones…’, dice Páez hablando de Félix, el protagonista del relato. La primera parte de La puta diabla es una prueba luminosa de contención y control, introyección y verosímil. Una vigilia de la locura ajena, psicosis contra psicosis. La segunda parte se ubica en un tiempo futuro donde la ciudad fue prácticamente destruida, y ahí la novela adquiere su redención. Félix vive marcado por la pérdida de su madre en los primeros meses de vida. Esa madre que perdura en el ritmo incesante de su imaginación, en una mente presa de reflejos, capaz de atrapar “eso” que está antes de la comprensión: como el rayo en el cielo sereno, el anticipo de la pérdida que sobrevendrá a todo amor. El que nunca tuvo madre tiene un consuelo salvaje: adivina todas las pérdidas. Fito Páez cuenta una historia que concluye y uno siente lo mismo que en el final de una gran película: hay algo que no se sabe si termina bien pero termina, para dejar al héroe en las puertas de la vida. Porque conoce y le ha cantado a la religión de su tiempo: a la modernidad de una ciudad que se alza en simultáneo con las mitologías de los viejos mundos que esa misma modernidad entierra. Fito Páez tiene el valor de hacer consciente el tiempo histórico en sus obras. Aunque La puta diabla está más allá. Y ahora el que quiera comprender el planeta Páez tendrá que venir a estos textos para tocar su tierra, su locura, su humor y sus muertos: será como escuchar sus canciones al revés y oír la voz del diablo, de la puta diabla. Amigos, acá está el cuerpo de Rodolfo Páez.” Martín Rodríguez