Germán Avé-Lallemant fue un gran científico de ideología marxista que sirvió al país, a ese país que él, alemán por nacimiento, adoptó como propio por voluntaria naturalización. Cuando decimos ideología marxista, lo que hacemos con toda la precisión, amplitud y significación del vocablo, es referirnos al carácter global rigurosamente científico de la actitud que Lallemant asumió como geólogo y minerólogo frente a los suelos y a las rocas, como biólogo y naturalista frente a la fauna y la flora, como sociólogo y político frente a la estructura económica y social, como escritor y periodista ante los hechos del pasado que escudriñó y ante los días agitados y fecundos del presente que le tocó vivir. Lallemant fundó y dirigió El Obrero, primer periódico obrero argentino que hizo aplicación práctica del materialismo dialéctico y del materialismo histórico, de las teorías del valor, la plusvalía y la lucha de clases, esto es, del marxismo –del que fue adepto público y confeso–, y que utilizó para el análisis y la interpretación de los fenómenos económico-sociales, e impulsó la creación de la primera Federación Obrera de la República Argentina.