En 1950 se presentó el primer número de Poesía Buenos Aires, una publicación dedicada exclusivamente a la poesía que iba a alcanzar en nuestro medio una dimensión y una repercusión que, por inusitadas, acaso ni siquiera imaginaron sus propios protagonistas. A lo largo de diez años y durante treinta números, una serie de nombres singulares y en muchos casos significativos se fueron acercando, algunos en forma más o menos continuada, constituyendo de algún modo el núcleo duro de la publicación, mientras que otros lo hicieron de manera ocasional, o tangencial, o recurrente.
Absolutamente independiente y con una tirada de solo quinientos ejemplares, de carácter prácticamente artesanal y que cumplió al pie de la letra su propósito de “no devenir institución”, Poesía Buenos Aires logró cambiar los modos de escribir y de vivir la poesía en Argentina.