Hay un descuido o una dificultad inesperada cada vez que se intenta situar una revista cultural en un conjunto de hechos históricos. Más aún, en este caso, si se trata de un número dedicado a Argentina en la revista de Jean-Paul Sartre, quien había muerto poco tiempo antes. Y para acrecentar, un engorro adicional: esa fue la tarea de exiliados argentinos que se muestran en la más célebre revista de la época, lo que quizá no cuente hasta hoy con los atributos necesarios para que una crónica definitiva pueda hacerse cargo de las extrañas vicisitudes de tal empresa. Les Temps Modernes, la revista sartreana, en esa ocasión, por un número en manos de argentinos, es la pieza que falta interpretar en el cuadro intelectual de la época.